Si estás buscando a la pareja perfecta esta historia es para ti.
En el crisol de la vida, donde las almas se entrelazan como hilos en un tapiz cósmico, dos viajeros del tiempo, Jorge y Alan, conversan bajo la sombra de la existencia. Observan el ir y venir de las parejas que se juran amor eterno bajo el lazo sagrado del matrimonio.
– ¿Nunca te ha tentado el matrimonio?, pregunta Alan a Jorge.
Con la serenidad de quien ha recorrido senderos insondables, Jorge respondió: – Lo consideré, pero jamás llegué a casarme, cuando era joven me embarqué en la búsqueda de la pareja perfecta.
Mientras Jorge hablaba, sus palabras danzaban como hojas en el viento del tiempo, y expresó:
– «Cuando fui al continente más cálido encontré a la mujer más bella, pero era indiferente a las cosas materiales, y la sabiduría espiritual le era ajena. Luego fui a las montañas y hallé a una mujer bonita, con una llama ardiente por lo espiritual, pero con poco interés por lo que ocurría en el mundo. En la gran ciudad me tropecé con una mujer linda y rica, pero le era opaco el mundo espiritual. En un continente frío me topé con la fusión de ambos reinos, más la belleza física no era su don. Un día, cansado, pero sin rendirme de buscarla, en un pequeño y bonito pueblo, encontré a aquella que parecía reunir todas las esferas, era una mujer hermosa, con sabiduría tanto en lo espiritual como lo terrenal, la había encontrado, era la pareja perfecta.
Mientras el eco de las palabras de Jorge resuena en el corazón de Alan, éste último preguntó con la curiosidad del que busca la luz en la oscuridad del enigma humano:
-«¿Por qué, entonces, no te uniste a ella en el sagrado vínculo del matrimonio?»
A lo que Jorge en un suspiro más fuerte que el mismo susurro del respondió: -Ella también buscaba a un hombre perfecto.
Y en ese momento, entre el rumor de las hojas y el ocaso, se revela la esencia de la sabiduría ancestral: En la búsqueda del amor, no se trata de encontrar la perfección en el otro, sino de reconocer la belleza en su humanidad, con todas sus luces y sombras.
«Cuando busques a alguien para compartir tu vida», reflexiona el viajero, «no busques la perfección, sino la autenticidad. Y si ya has encontrado a tu compañero de viaje, no esperes que sea perfecto. Ama su imperfección tanto como amas su esencia, pues en la aceptación mutua reside la verdadera plenitud del amor«.
Y así, en aquel pueblito, cerca al río, entre las sombras del ocaso y los suspiros del tiempo, dos amigos se abrazan en la comprensión de que el amor es un camino de descubrimiento mutuo, donde la perfección se encuentra en la imperfección compartida.
Lo que más me llamó la atención es esto:
“ no busques la perfección, sino la autenticidad. Y si ya has encontrado a tu compañero de viaje, no esperes que sea perfecto. Ama su imperfección tanto como amas su esencia, pues en la aceptación mutua reside la verdadera plenitud del amor“.
El verdadero amor es una elección consciente que haces de estar presente, ser compasivo y aceptar todas las perfecciones e imperfecciones de la otra persona. Se trata de crear un espacio seguro para que podamos ser nosotros mismos y al mismo tiempo animarnos unos a otros a ser las mejores versiones de nosotros mismos.
Gracias por tu comentario y compartir lo que resuena en ti. Y así es, hoy se nos dicen muchas cosas de las green y red flags, sobre lo que debemos y no debemos buscar en una relación, es muy fácil confundirse; si algo debemos apuntarle es a buscar lo auténtico, y así amar con las luces y las sombras, y a partir de ahí construir, ofreciendo como muy bien lo dices, un espacio seguro.
Hermosa historia llena de mucha sabiduría! Me confronta la respuesta de porque no se casó al encontrar la pareja perfecta !! Creo que es una invitación a seguir trabajando en convertirnos en aquello que deseamos ser
Que poderoso esto que dices! «una invitación a seguir trabajando en convertirnos en aquello que deseamos ser»… definitivamente ese es nuetro hito más grande, solamente así podremos amar y dejar amarnos sana y coherentemente.
Una reflexión muy profunda y que nos invita a pensar sobre la verdadera razón de buscar una pareja, en definitiva la aceptación mutua, crecimiento conjunto y el amor genuino son algunos de los factores claves para una relación éxitosa.
Muchas gracias ??
Gracias por expresar y compartir tu sentir! así es, lo captas muy bien, amor genuino, a veces nos complicamos tratando de buscar la fórmula perfecta del amor, sin darnos cuenta que todo yace en nuestra esencia (aquí lo genuino).
Una bonita reflexión Fredy, me encantó el amor no se trata de buscar la persona perfecta, si no de buscar a alguien que sea un complemento en nuestras vidas para caminar juntos con nuestras virtudes y defectos.
Lucy hola, gracias por dejar tu sentir por aquí 🙂
Caminar juntos con nuestras virtudes y defectos, así es… Definitivamente cuando cambiamos la perspectiva y comprendemos que no se trata de ser tercos con esa perfección, lo bonito llega a nuestras vidas para construir sentido.
Qué bella historia. Resuena en mi…buscar la autencidad! No la belleza, no lo material, no la inteligencia per se, no la espiritualidad….sino el Ser único, el Ser verdadero, el Ser transparente, el Ser solo uno mismo.
Durante nuestras vida nos enseñan tantas cosas distintas, nos llenan la cabeza con información y creencias sobre lo que debería ser el amor, y se olvida lo más esencial, lo más primordial… ese ser auténtico… cuando somos auténticos conectamos de verdad, y ahí nace el verdadero amor. Gracias por resonar y expresarlo.
Gracias por este regalo tan bonito que nos compartes…! ♥
A ti por valorarlo y dejar huella por aquí!! esto es para ustedes!! 🙂